Amiga,
Hice un poco este ejercicio porque me lo recomendó mi psicóloga. Aunque si bien es una tarea – de esas de entre semana entre sesión y sesión – estoy pensando que es un ejercicio para contar mi historia y cómo me vengo sintiendo hace un tiempo.
Si te lo tengo que decir así de una: te extraño. Éramos tan unidas, íntimas, hermanas de la vida. Y ahora, tratar de coincidir es todo un desafío. Siento como si fueras Daddy Yankee o Beyonce (no me olvidé que sos su fan number 1 ).
Me parece increíble que hoy solo me reacciones a las historias con corazoncitos, cuando podríamos vernos y charlarlo en persona. Entiendo todo eso de la vida adulta, del trabajo y las responsabilidades. Creeme que estoy igual (qué estafa esto de hacerse grande), pero me duele más todavía ver que siempre tenes otros planes. Y que no son conmigo. Ninguno. Y no es que me ponga tóxica, es que simplemente no hay planes.
¿Qué cambió en todo este tiempo? ¿Pasó algo conmigo, hice algo? En realidad es algo que me pregunté varias veces. Confieso que lloro por esto. Pero también ya me di cuenta de que no hay algo en particular. Te lo pregunté un poco disfrazado una de las últimas veces que nos vimos – hace como 4 meses-, pero no sé si no lo entendiste o fingiste demencia, pero entendí que no, que no pasaba nada.
En mi vida, en el medio pasaron miles de cosas. En mi trabajo de la mañana, pusieron una jefa nueva, así que al principio fue muy raro todo. Ahora ya está todo bien. También me cambié el look: me animé al flequillo. Eso que una hace cuando tu ex te deja… bueno lo hice cuando mi amiga desapareció de la faz de la tierra. Me siento un poco patética hasta de decirlo ajajja.
Aprendí a manejar, me compré un auto, el de mi hermano ¿te lo acordas? chiquito y práctico para mi, así puedo hacer los domicilios de mis pacientes sin tener que atravesar toda la ciudad en colectivo. Esa es la parte buena de la historia. Me duele que no hayas ido a dar una vuelta conmigo. Seguramente te ibas a reir de mi cara y mis nervios. Qué pena que no estuviste ahí para verme.
No lo quise contar en el grupo porque también estoy enojada, dolida y hasta con un poco de rencor. Igual tampoco apareces seguido por ahí. Las chicas también lo notan. Por eso también sabemos que no es “algo personal”. Aún así me duele que hayas hecho esa diferencia conmigo. Si no te importo, si no queres saber de mi, entonces no vas a saber de mi. Me di contra la pared porque tampoco me estás escribiendo por privado para ver en qué ando. Bueno, ya reconocí que este enojo y decepción que siento es parte del duelo que estoy haciendo.
El otro día me la encontré a tu hermana en la calle y me puse re nerviosa porque me dijo “tanto tiempo, hace mil que no te veo, ya no vas a casa tan seguido”, no sé si dió cuenta de algo o no, pero igual nos pusimos a hablar de otra cosa.
Quería que supieras que me siento así, que me encantaría que las cosas volvieran a ser como antes o al menos que nos vieramos un poco más seguido. Estoy entendiendo que las relaciones cambian y que nuestra amistad está cambiando. Aunque eso me duela, no quiero seguir sintiéndome decepcionada o frustrada, tampoco quiero seguir preguntándome qué pasó.
Te deseo lo mejor, y aunque hoy estemos lejos, gracias por tantos años de amistad
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