
Puedes tener mil ideas para empezar un proyecto que te interese, pero le pisan los talones tus miedos e inseguridades. ¿El resultado? Las ideas quedan en ideas y tus miedos y frustraciones son cada vez mayores. Entonces, iniciar un nuevo proyecto no solo consiste en concebir una idea, requiere también reconocer tus miedos y aprender a gestionarlos. ¡Descubre qué puedes hacer para afrontarlos!
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Toda historia empieza con un primer paso pero, ¡qué difícil es darlo! El miedo suele estar allí. Aunque, si sabes darle un lugar justo, puedes convertirlo en aliado.
Estas sugerencias te servirán para combatir los propios fantasmas, las dudas y las inseguridades. Es importante saber que el miedo es una emoción que tiene un mensaje para darte. Puedes escucharlo, analizarlo y seguir adelante con tus planes.
Sobre el miedo a iniciar un nuevo proyecto
Encarar un proyecto implica dar forma a una idea, por ejemplo, dejar tu trabajo y comenzar un emprendimiento, mudarte a otra localidad o continuar con una pasión que abandonaste. A pesar de tener ideas en la mente, es posible que no te creas capaz de llevarlas a cabo.
Son muchas las causas por las que te sientes así. En principio, el miedo al fracaso puede limitarte. Tener una visión negativa del futuro o creer que nunca conseguirás lo que quieres son grandes obstáculos. También, la exigencia y el perfeccionismo que te impones pueden ser barreras.
Sin embargo, ni la procrastinación ni la autocrítica son soluciones para combatir el temor ante un nuevo proyecto. Afrontar ese miedo a lo nuevo es la única opción para llevar a cabo tus deseos.
Por eso, debes aprender reconocer tus cualidades y hacer que destaquen por sobre los temores. Es bueno tener en claro qué buscas con el proyecto, los motivos que te alientan a concretarlo y qué te impide hacerlo.
Consejos para afrontar tus temores
Planifica
- Hacer un listado o un inventario de aquello que necesitas es una forma de reducir la incertidumbre, el principal alimento de tus temores.
- Evita caer en el engaño de esperar a tener todo lo de la lista para poner en marcha tu idea. Una planificación flexible: es decir, anticiparse y prever, pero sabiendo que surgirán otros aspectos en el camino. La planificación te permite canalizar soluciones posibles, pero es importante abandonar la idea de querer controlarlo todo. Debes aceptar que algunas cosas se resolverán con el tiempo, durante la ejecución. Sin embargo, tener en mente dichas necesidades es también una manera de empezar a gestionarlas.
- Confía en tus habilidades. Es importante para elevar tu autoestima y lograr autoconfianza. Si tienes en claro cuáles son tus debilidades y fortalezas antes de comenzar, será más fácil conocer qué debes pulir y en qué te destacarás
- Anímate a compartirlo antes de acabarlo
Un buen camino para mejorar un proyecto consiste en ponerlo a prueba, en lugar de esperar a tenerlo finalizado. Podrás recibir opiniones, conocer aspectos que habías omitido y enriquecer tu mirada. Toma los comentarios como indicaciones para mejorar, pero no te frustres con ellos. Despreocúpate, en parte, por lo que piensan los demás. Tienes que confiar en tus capacidades para poder vencer el miedo a comenzar un nuevo proyecto.
- Escucha experiencias de otras personas
Desde hace algunos años, está de moda la difusión del «costado B» o «lado B» de las empresas exitosas. Es decir, las historias de líderes o referentes que hicieron públicos sus fracasos e intentos fallidos antes de obtener los resultados que deseaban. Gracias a este tipo de relatos o el de conocidos tuyos, puedes aprender de la experiencia ajena. También, pueden enseñarte a convivir mejor con los errores y a sacar algo positivo cuando aparezcan dificultades. Tómalos como guía para mejorar tu desempeño, sin que te infundan miedo.
- Intenta pensar siempre «fuera de la caja»
Más allá de que existen caminos conocidos, es bueno mantener la creatividad despierta. Busca aprender cosas nuevas, investiga tendencias, conoce qué hacen en otros rubros diferentes al tuyo. Todo sirve para incorporar un aire nuevo a las actividades. Esto no solo te permitirá mantener la motivación, sino agregar un diferencial en tu proyecto. De esa manera, las ideas innovadoras que tengas servirán de sostén para perder ese miedo.
- Reconoce tus emociones
Todo proyecto tiene una faceta intelectual, pero también emocional. Aprender a aceptar tus emociones no te convierte en una persona débil. Por el contrario, permite conocerte mejor y actuar en consecuencia.
- Prepara escenarios complejos
Empezar un nuevo proyecto no equivale a saltar al vacío sin red. Es conveniente anticipar un escenario adverso y prever algunos recursos que te ayuden a superarlo. Por ejemplo, si quieres dejar tu trabajo para comenzar un negocio propio, entre tus tareas a resolver puedes incluir ahorrar durante un tiempo antes de hacerlo. De esta manera, estarás preparado para afrontar posibles infortunios.
- Visualiza tu éxito
El optimismo y una buena actitud también son claves al momento de iniciar un plan. Por eso, puedes imaginarte en una situación de triunfo y éxito. La visualización positiva te encaminará a perseguir tus metas. Si trabajas la confianza en ti mismo, es posible que venzas el miedo. Por el contrario, si mantienes una actitud negativa, el miedo al fracaso acabará por corroer tu motivación.
- Convierte el miedo al fracaso en motivación
A pesar de que ese miedo a un nuevo proyecto pueda inhibirte, también puede potenciarte. Utilízalo para generar entusiasmo, curiosidad y satisfacción. De esa forma, podrás convertirlo en un trampolín para incrementar tu motivación. Uno que puede impulsarte para esforzarte aún más y centrar tu atención en el aprendizaje, incluso en los momentos de adversidad. Sigue este consejos y estarás preparado para encontrar soluciones de forma activa.
Redefine la idea de fracaso
En una sociedad en la que las redes sociales solo muestran el costado luminoso de la vida, resulta un desafío aceptar que fracasar no siempre es negativo. El fracaso conlleva aprendizaje y oportunidades de mejora. Incluso, una buena idea puede terminar de gestarse a partir de un tropiezo.
Lo importante es que puedas encontrar un sentido y una motivación para ese proyecto. Son las razones que te ayudarán a convencerte de seguir adelante cuando tengas dudas. No esperes a estar 100 % seguro. Puedes construir y moldear esa seguridad en el camino.
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